Al principio la asociaba a Jane Birkin porque, siendo inglesa, la imaginaba francesa. Ella ?hija de una española, aunque nació en Londres y de padre inglés
La memoria colectiva es una entelequia —cuando no una ficción impuesta para la manipulación de la colectividad cuyos recuerdos se quieren tutelar—, porque pocas cosas son tan subjetivas como la memoria. Y nada más lejos de la subjetividad que lo colectivo, lo común, siempre basado en una supuesta objetividad. Solo rememoramos lo que queremos rememorar, y lo evocamos tal y como nos gustaría que hubiese sido para convencernos de que, en efecto, lo fue. Así las cosas, tengo la sensación de que la imagen de Jeanette que se transmite desde comienzos de los años 90, cuando la antigua intérprete y compositora de “Cállate niña” (1967) pasó a integrar las formaciones nostálgicas del momento —Mágicos 60, Míticos 70…— y girar con ellas para deleite de los afectos a lo pretérito, ha desdibujado la imagen que yo guardo de Jeanette que, a mí, particularmente, dada esa subjetividad a la que me refiero, se me antoja la de la Jeanette de verdad.
Al principio la asociaba a Jane Birkinporque, siendo inglesa, la imaginaba francesa. Ella —hija de una española, aunque nació en Londres y de padre inglés—, particularmente, siempre se consideró más en la estela de Françoise Hardy, a veces folkie, tanto como pudiera serlo la Marianne Faithfull que cantaba en el 65 “Plaisir d’ amour”, antes de convertirse en una chica de los Rolling Stones. Eso sí, sin caer en los excesos de las chicas de los Stones. Yo recuerdo a Jeanette como aquellas jóvenes de finales de los años 60 que se iban haciendo hippies a medida que empezaban a dejar de ser yeyés. Chicas, pues, de antes de ayer.
01 Ago 2025/JAVIER MEMBA / Chicas de ayer,Jeanette